viernes, 3 de octubre de 2008

basura colectiva


[musiquita para hacer más amena la lectura, aunque está media espacial...]


Ayer hubo una tocata por el primer aniversario de la nueva región de los ríos. Como no faltaba más, la muni se movió y trajo a re-nombrados y re-petidos artistas para animar la cosa, aunque reconozco que lo de repetido es por un sesgo que explicaré más adelante.

A eso de las nueve y media comenzó el sandungueo de la mano de sexual democracia, que no prendió mucho a la masa, pero no importó tanto, si total recién se estaba entrando en calor, de la mano de unos vinitos y algunas chelitas entre los comensales de tan importante evento. Luego apareció inti illimani, los no-históricos [y he ahi mi sesgo, yo prefiero a los otros]. ¿No se aburrirán de tocar siempre los mismos temas? Yo que vivía en Valpo los veía a cada rato en actos de la misma calaña y lo mihmito siempre. Cabe destacar que Valparaíso es un experimentado lugar donde se dan este tipo de fiestas colectivas y también donde se aprecian muy claramente sus consecuencias.

Al terminar de tocar Inti, nos entretuvieron con el más fino reggeaton envasado para capiar el frío, hasta que apareció el plato fuerte de la noche: la sonora palacios. Fue imposible no mover el esqueleto, aunque cada vez eramos menos eso nos acercaba más, bailabamos con desconocidos e incluso comenzaron los acosos -por parte de unas compañeras- a un niño jipilais. Hasta el momento todo era chistoso y absurdo, pero como el absurdo tiene muchas facetas apareció otra de sus manifestaciones: volaron los combos y los shorizos se hicieron notar entre la multitud.

Al final todo eso pasó piola, cabía dentro de la normalidad de este tipo de celebraciones masivas. Cuando terminó la cosa, y la gente comenzó a fluir fuera de la costanera, se pudo observar como apareció un nuevo suelo. Era posible hacer un estudio estratigráfico de la basura que botó la gente desmedidamente, de verdad que era un espectáculo deprimente. En algún momento escuché tristes consuelos de algunas personas, cosas como "total limpian mañana", como si eso diera la libertad, el permiso de botarla en la calle. Y es que siempre es un poco así, un poco "hasta nunca basura, desaparece de mi vida". ¿Quién sabe realmente qué pasa con la basura que se va en el camión que pasa dos días a la semana? ¿Cuántos saben qué pasa con los desechos que se botan cada día por el excusado? Aunque quizás estoy siendo injusto, muchos lo han pensado, pueden tener ideas al respecto, pero reflexionar profundamente sobre ello y modificar nuestra conducta: eso es otra cosa.

Lo clásico es desentenderse del cruel destino de la basura, que es a la vez el cruel destino de nuestro planeta. Estas fiestas colectivas se convierten en una metáfora bastante precisa de la actitud ciudadana común. Sobretodo me impresionó que se diera aquí en Valdivia, donde tanto ruido se ha hecho por celco y su mierda en el río, por los cisnes muertos y por el desarrollo sustentable. Y precisamente esto me trae a la cabeza otra idea: las luchas son bonitas cuando son exotizantes. La batalla ecológica romántica es aprobada, defendida y peleada. ¿Y qué pasa con la batalla cotidiana? Hay una realidad que nos toca vivir a diario, en donde botamos los papeles de helado en la micro, tiramos las colillas de cigarro en la vereda, lanzamos el papel con moco al basurero de la calle [y si no le achuntamos y se cae, filo, no me pasa nunca, tengo el perdonazo, soy la excepción], compramos botellas desechables que se van para siempre, ocupamos bolsas de nylon que se acumulan y acumulan, cosas así. Por eso la fiesta es metáfora, porque muestra a una mayor escala esa contradicción entre teoría y práctica, entre discurso y actuar, entre parecer y hacer.

¿La ciudad más bonita de chile?

pssss...otro detalle que casi se me escapa es como la gente se regionaliza tan rápidamente, sintiéndose parte de esta nueva provincia, izando banderas de orgullo. Mi teoría es que les da tan lo mismo la imposición de una territorialización que al cabo de un tiempo es como que siempre hubiese existido, dejan de cuestionarse el hecho [quizás nunca lo hicieron] y se acepta como una naturalidad. Algo asi como las comunidades imaginadas de las que hablaba benedict anderson. En ellas, explica [refiriéndose eso sí, a las naciones], se da una idea de comunidad, porque más allá de las desigualdades que puedan exitir se idealiza un compañerismo horizontal; es imaginada porque hay imagen de comunión a pesar de no conocerse; es limitada porque tiene fronteras finitas, aunque elásticas; y soberana porque da una idea de libertad, el estado es la garantía de ella
(Anderson 1993:21). Además aparece esa antigüedad subjetiva, en contraposición a la visión del historiador, quien sabe que realmente es un fenómeno objetivamente moderno.

En definitiva: ¡chitah que somos lesos! Pero yo no hablaría de ovejas en rebaño, sino de caballos con anteojeras. Y para rematar:



4 comentarios:

Magdalena Jordán dijo...

Buena chamicooo. Esta super interesante el paseo que das entre la anecdota, el relato y el análisis que llega a colacion de lo que describes.
Eso si, no creo que la fiesta sea matáfora del comportamiento social. Creo que "es" elúnico comportamiento social por excelencia, no mediado por ninguna representación o alegoría... porque últimente, ¿cuando tenemos conciencia del "otro" ciudadano si no es en una fiesta de gobierno?

Eso. Saludos abrazos y todo. :)

chamico dijo...

tienes razón, lo ví como metáfora porque en la vida cotidiana ese comportamiento se "invisibiliza".

chamico dijo...

aunque está igual de invisible en la fiesta...al final las anteojeras no se sacan nunca.

guillerma dijo...

BUeno, cuanto material que tenés acá... uno se entera de tanto en los blogs... y esta escritura chilena para mi es una bocanada de aire fresco...
saludos!